Como es sabido y reconocido por muchos, la educación es la más poderosa herramienta con la cual contamos los seres humanos para trasformar la realidad, y esta transformación en tiempos de crisis cobra gran valor. Para sacar valor de las crisis es necesario tener una mirada esperanzadora que nos permita confiar y comprender que las dificultades son palancas que nos permiten crecer y avanzar, tanto individualmente como socialmente.
Para movilizar esa mirada o perspectiva esperanzadora es necesario transitar por un proceso educativo, pues el optimismo, la confianza, la humildad, el respeto, la perseverancia, etc. son actitudes/valores que se aprenden.
Las crisis sin duda son grandiosas oportunidades para aprender en el más profundo de sus sentidos, es decir de dinamizar la capacidad vital de "aprender" a "aprender", la cual nos permitirá reflexionar permanentemente para tomar consciencia, cambiar y trasformar los errores de la realidad (individual y social) para que se ajusten a lo deseado. Para esto es preciso además tener claridad de lo que se desea (Al final del próximo párrafo se profundiza más en esta idea).
Para que la trasformación sea sostenible en el tiempo, los cambios deben comenzar en primer lugar por las personas que participan de la sociedad, las cuales a través de la educación serán capaces de tomar consciencia su propia realidad y también de la realidad externa; de esta consciencia ampliada comenzará un proceso de cambio y transformación personal y luego de las estructura social . Sin ese cambio de conciencia personal, facilitado por un proceso educativo, es casi imposible hacer una transformación socioestructural y pretender que se mantenga en el tiempo; de esa forma solo haciendo cambios externos sin dedicarnos al centro (las personas) es seguro que los errores se repetirán una y otra vez porque el cambio sostenible y consciente debe ser profundo, es decir desde cada ser humano. En este sentido la educación, entendida como la capacidad guiar/facilitar un proceso educativo que tiene el propósito de extraer lo mejor de cada ser para luego ponerlo al servicio de la sociedad, es clave. Para esto es imperativo conectarse, dialogar y consensuar entre todos el ser humano que deseamos/necesitamos y el sistema educativo que se necesita construir formar a ese ciudadano. Visualizar con claridad lo que deseamos es el inicio de la transformación y por eso es tan importante ahora.
A continuación ponemos al servicio de de la reflexión las siguientes cuestiones, las cuales pueden reflexionarse en espacios educativos tanto escolares como familiares:
⚜️¿Cuáles son las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes/valores) que necesitan movilizar las personas? ⚜️Según lo anterior¿Cómo/cuáles son las técnicas/herramientas/recursos que los establecimientos educativos necesitan para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje de dichas competencias? ⚜️¿Cómo puede apoyar la familia en esta tarea? ¿Cómo se puede llevar a la práctica?
Reflexionando en conjunto, podemos dar marcha a esta maravillosa y desafiante tarea.
Soledad Castro Castro Fundación MPE